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FINAL DE «VOLVER A EMPEZAR»

Por fin ha llegado el día de la verdad, y creo tener derecho a afirmar sin rubor que los resultados son de un sobresaliente contundente.
He participado con más de cien valientes en la dura carrera de Iturmendi (Navarra), lástima que lejos de encontrar el circuito más o menos llano que yo esperaba, nos han endosado un recorrido con desniveles de miedo, en el que las zonas de llano se podían medir en milímetros. Aún así he logrado recorrer los 8.100 metros en 28m 57 segundos, a una media de 3,34 el km, con lo que no me cabe duda de que podría rodar 10km (por supuesto en llano) en torno a los 3,25 el kilómetro.
En cuanto al puesto, he terminado tercero en la clasificación absoluta y segundo en la categoría de veteranos que era de más de 40 años. Este dato también da una indiscutible credibilidad a mi método, teniendo en cuenta que sólo un senior ha sido capaz de batirme, y ha tenido que venir el gran Oscar Primo para impedirme pisar lo más alto del podium en veteranos.

Mis sensaciones después de dos años sin competir han sido las siguientes. Salida cuesta arriba durante casi todo el primer kilómetro, la dureza del circuito se plasma en que a pesar de realizar los primeros mil metros en 3,31, para entonces ya sólo quedamos cuatro corredores en cabeza, y lo más patético de todo es que yo respiro ya asfixiado con tanto estruendo, que los demás me miran como si me fueran a ver los pulmones saliendo por las orejas en cualquier momento (este se convierte en mi primer problema, mi capacidad pulmonar aún no ha tenido tiempo de desarrollarse para envites tan duros). En el km 3 decido soltarme de los dos galgos de cabeza, pues si continúo a ese ritmo es casi seguro que en los últimos kms me pasan hasta los enanitos de jardín ( el segundo problema es que en bajadas tan inclinadas, mi aún tierna musculatura se contractura demasiado, dejando mis piernas como dormidas y vacías). Los otros cinco kms no me queda más remedio que correrlos en solitario, en una especie de baile de pasitos cortos y rápidos en las brutales subidas, y bajadas con zancadas largas y brutales, temiendo que de un momento a otro vea alguna rótula saliendo disparada a la cuneta. La última parte del recorrido la terminé bastante satisfecho, pues a pesar del dolor y la dureza del recorrido, conseguí mantener a raya el ácido láctico y aguantar la velocidad, lo cual es más que notable para una carrera de casi media hora, cuando hace tan solo cuatro meses no era literalmente capaz de trotar ni cinco minutos seguidos.

Por lo tanto y teniendo en cuenta los antecedentes, recuerdo que durante año y medio no hice ningún tipo de ejercicio, mis casi 50 años, y el hecho de que mis capacidades físicas naturales no tienen nada de extraordinario (lo que yo hago lo puede hacer cualquier popular de nivel medio), este experimento demuestra sin ambages para l@s veteran@s lo siguiente:

PRIMERO, el principio cuasi sagrado de que para correr más rápido lo mejor es correr y correr, es totalmente FALSO. Sé de buena tinta que una buena parte de mis adversarios (corredores de montaña), llegan a completar a menudo más de cien kilómetros semanales, y sin embargo sólo uno de ellos ha conseguido batirme (con mis escasos 25 km semanales)

SEGUNDO, el deporte alternativo es altamente efectivo (bici, natación, elíptica,etc.), siendo el complemento ideal para potenciar nuestra velocidad, agilidad, resistencia, y capacidad cardio-respiratoria.

TERCERO, las sesiones con cuestas tipo fartlek pueden aportar tanto potencia y velocidad como resistencia, y gracias a su bajo impacto de pisada deben convertirse en nuestros entrenamientos de calidad primordial, eliminando así las series en llano, demasiado agresivas para nuestro colectivo.

CUARTO, hay que dar un tiempo PRIORITARIO al descanso, con el objeto de acudir a cada entrenamiento con capacidad de desarrollar una gran calidad. Por ejemplo, un fondista NO debería hacer demasiados kilómetros durante la semana, sino acudir a su sesión semanal de tirada larga con la suficiente frescura como para incluir unas progresiones serias al final de la misma.

Por supuesto no quiero decir con todo esto que lo mejor sea entrenar el menor número de kilómetros posibles, si yo hubiera tenido más meses de preparación, habría llegado seguramente a los 50km semanales. Tal vez dentro de unos meses, después del verano (si mis obligaciones me lo permiten), pueda demostrar que este mismo método también es válido para carreras de larga resistencia ¿Una media maratón por debajo de la hora y 15m? No prometo nada, pero creo que la eficacia de mi método ha quedado de sobra demostrado. Tod@s vosotr@s podéis también comprobarlo con tan sólo unos cuantos meses de entrenamiento, no perdéis nada con ello.

Y con esto termina el experimento, espero que lo hayáis disfrutado tanto como yo, un fuerte abrazo para tod@s.

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