Parece ser que la industria de la energía no encuentra formas de mantener su monopolio y sus beneficios sin dejar a su paso una estela de contaminación, destrucción y muerte (aunque suene a exageración, a mí no me lo parece en absoluto).

Imagen de Greenpeace: http://www.greenpeace.org/espana/es/Trabajamos-en/Parar-la-contaminacion/Incineracion-de-residuos/

Mientras tanto, la clase política apoya a estas empresas (tal vez no todos los políticos, pero sí el conjunto), pienso que por intereses particulares, aunque preferiría creer que por ignorancia y por suponer que son las grandes empresas de la energía un potente motor de la economía, en lugar lugar de ver que son uno de los lastres que nos impiden avanzar hacia un progreso (que no crecimiento) sostenible.

Se supone que las leyes deben ir dirigidas al bien común. Sin embargo, aunque las leyes son aprobadas por quienes ostentan el poder legislativo, parecen dictadas por las grandes industrias, ya que las leyes que tenemos parecen diseñadas para favorecer a esas pocas grandes industrias frente a las pequeñas. Por ejemplo, en lugar de analizar la calidad del producto final, se exige a un pequeño productor artesanal que disponga de las mismas instalaciones que debe tener una gran industria, aunque no necesite realmente esas instalaciones para poder ofrecer una calidad muy superior. En lugar de favorecer, o al menos de no obstaculizar, el desarrollo de la generación eléctrica distribuida, renovable, y a largo plazo, se invierten grandes sumas de dinero para apoyar a las grandes industrias de la energía en el desarrollo del fracking (sistema que, aparte de los muchos riesgos que conlleva, explota un recurso muy limitado que se agotará en muy pocos años), o de las incineradoras de basura (también altamente contaminantes, y que eliminan unos recursos que podrían reutilizarse mediante el reciclaje ahorrando mucho más de lo que se obtiene con su destrucción). En lugar de fomentar la eficiencia y el ahorro energético, fomentan el despilfarro de recursos para mejorar algunas cifras de beneficio económico (beneficio para unos pocos a costa de un grandísimo perjuicio para todos). En lugar de exigir la ubicación de las valsas de riego en lugares a donde llegue el agua por su propio peso, y desde donde la gravedad sea la encargada de hacerla llegar hasta los cultivos, cada vez se ven más regadíos que necesitan equipos de bombeo de gran consumo para poder funcionar.

¿Qué podemos hacer?

• Transmitir el conocimiento a la sociedad. Si no somos conscientes del problema, no vamos a tratar de buscar soluciones (más abajo un ejemplo de cómo hacerlo)
• Moderación en el consumo. Buscar otra forma de hacer las cosas, más respetuosa con el medio ambiente, tanto en consumo directo como indirecto: ¿cómo se ha fabricado y transportado un producto que consumimos? ¿es lógico traer productos hortícolas fuera de temporada desde miles de kilómetros de distancia?
• Alternativas de consumo energético ( somenergia , goiener , …)
• Presión social (el ir cumpliendo los puntos anteriores ya puede ser una buena forma de presión social, aunque también puede haber otras)

A continuación un mensaje que me ha llegado, que busca tanto la difusión del problema, como la presión social: