No hace falta ser gay para sentirse diferente dentro de esta sociedad, pero es algo que ayuda, estigmatiza y hace que la gente no sea capaz de tomarnos en serio.

Cualquier persona que se salga de los estandares marcados por los limites que nos impone esta sociedad del consumo, donde los parametros de nuestra vida parecen estar definidos de antemano. Me refiero a la similitud de nuestros ciclos de vida con el anuncio de anti-cucarachas, que explicaba como dichos insectos nacen, crecen, se reproducen y mueren… al anuncio solo le faltaba retratar dos cucarachas en traje de boda, pasando por la vicaria y con un banquete.

Pero mas doloroso aun es sentirse diferente dentro de lo que se supone que tiene que ser un homosexual, porque hasta para eso hay que valer y hasta para eso hay que cumplir ciertas normas.

Parece ser que para ser un gay integrado en una comunidad no basta con que te gusten las personas del mismo sexo: el colectivo, en general, te pide que te pirres por el sexo con desconocidos (si es en sitios oscuros y poco higienicos mejor), que tus relaciones de pareja sean abiertas, que no tengas pensamiento crítico y te dejes llevar por la ultima moda y la primera saliva del mas musculoca de la discoteca… en fin un mundo de frivolidad, falto de compromiso, hedonista y marcado por la envidia.

Pero yo estoy convencido, y de hecho hay «brotes» donde se puede comprobar, que la corriente homosexual tambien puede tener conciencia crítica, salir de los bares, las saunas y los cruising… y pensar, como colectivo, en lo que podemos aportar a la sociedad desde nuestro punto de vista. Sería interesante poder discutir acerca de pobreza, educacion, sanidad, ecologismo, politica, decrecimiento… y que saliesen propuestas concretas como colectivo… es la hora de dar un paso adelante.