El sustrato: ¿Elegimos el sustrato, o dejamos que el sustrato nos elija a nosotros?

Dejando aparte el tema de cultivos hidropónicos, en los que se introducen las raíces de las plantas en un fluido que contiene «todo» lo que necesita la planta para desarrollarse correctamente (en teoría, y teniendo en cuenta «teoría» no es lo mismo que «realidad» o «verdad»), o raros casos como las plantas con raíces aéreas, las plantas necesitan tener las raíces dentro de la tierra. Y es de esa tierra de donde sacan la mayor parte de sustancias que necesitan para poder desarrollarse.

Se llama sustrato al material donde una planta se asienta para poder vivir. En la agricultura convencional el sustrato es la capa de tierra donde la planta hunde sus raíces. En los cultivos hidropónicos, se suelen utilizar lanas de roca u otros materiales similares a la arena o la arlita para que la planta tenga un sostén.

En un principio, entiendo como cultivo ecológico el que se realiza ubicando a las plantas en su entorno natural, osea, la tierra. No descarto en alguna ocasión hablar de otros medios de cultivo, como el hidropónico, a pesar de considerarlo como no natural ni ecológico, ya que puede ser interesante su conocimiento para poder subsistir en ciertas condiciones (métodos no naturales para situaciones no naturales). Por otro lado, quiero decir que dudo que los que realizan los cultivos hidropónicos sepan «exactamente» qué es lo que necesitan las plantas para convertirse en un buen alimento para nosotros, y que además consigan que la producción se realice «exactamente» igual que se ha planificado teóricamente. Tampoco quiero decir con eso que me parezca que las plantas obtenidas por cultivos hidropónicos tengan que ser malas para la salud, ni que todas las plantas cultivadas mediante procedimientos «ecológicos» tengan que ser el mejor alimento, sino que no creo que la ciencia haya conseguido comprender todos los procesos involucrados en el crecimiento de las plantas, ni cómo afectan las variaciones de las plantas a nuestro organismo, y mucho menos a los millones de diferentes tipos de organismos que existen en los millones de diferentes personas.

Sin temor a equivocarnos, podemos partir de la base de que no existe una tierra ideal. Cada planta puede tener un tipo de tierra ideal, e incluso ese tipo de tierra ideal puede variar si lo hacen las condiciones ambientales. Por eso, creo que tenemos dos opciones:

• Partimos de la planta que queremos cultivar, y elegimos una tierra apropiada para ello. Esto es fácil de hacer si vamos a cultivar una planta en una maceta. Si vamos a cultivar en un campo de cultivo o en un huerto, deberíamos aportar a la tierra materiales que le dieran las propiedades que queremos conseguir. Esto segundo es posible aunque a veces algo complicado de conseguir, además de que no solo de tierra vive una planta. Necesitaremos ver si el medio ambiente será propicio para el cultivo elegido (temperaturas, humedad, luz…). Sobre esto último también hay formas de adecuar las condiciones mediante diversos sistemas de riego, invernaderos, sistemas de calefacción, pérgolas para dar sombra, humidificadores, lámparas,… Sinceramente, no creo que a un cultivo que necesita para su producción de una serie de modificaciones del entorno tan importantes, y de semejante gasto de recursos energéticos y materiales, pueda considerársele ecológico por mucha ausencia de insecticidas o abonos químicos tenga.
• Partimos de un análisis de la tierra donde queremos cultivar. También analizamos el entorno, las variedades silvestres y cultivadas que se dan bien por la zona, el clima, humedad, luz, temperaturas,… A partir de esos datos, seleccionamos una serie de plantas que se podrían cultivar bien en nuestra tierra, y es entonces cuando elegimos qué plantas queremos cultivar de entre las que se podrían dar bien. Es posible que sea interesante hacer aportes de materiales para mejorar el terreno, regar, o incluso pueda ser interesante poner algún invernadero para alargar la temporada de cultivo, pero centraremos nuestra labor agrícola en los cultivos que se den en nuestra tierra sin necesidad de ningún artifício. Éste si que podría considerarse un cultivo ecológico, suponiendo que cumpliera otras muchas condiciones necesarias para que lo sea.