Esta semana he estado por Miranda de Ebro realizando una formación para iniciar un huerto ecológico.
En principio la idea era hablar mucho de teoría, para que los asistentes tuvieran una base desde la que partir para diseñar, organizar y realizar todo lo referente al huerto.
El primer día había preparado una charla 100% teoría. Me encontré con un entusiasta grupo de madres, acompañadas de sus no menos entusiastas criaturas, y convinimos cambiar lo previsto por un combinado teórico-práctico, mucho más llevadero para todo el mundo.
En la segunda jornada, comenzamos por la mañana con una sesión para los alumnos más mayores en la que se habló de algunos de los principios y motivos de la agroecología, y se terminó haciendo un pequeño semillero para poder observar en clase con plantas de temporada (habas y guisantes), y con la idea de tener algo de planta para el inicio del huerto.
Por la tarde, con la cinta métrica y azada en mano, de nuevo solo madres (esos padres, que se animen para el próximo día), hemos comenzado a trabajar en algunos bancales explicando el por qué de lo que ibamos haciendo, y programando la hoja de ruta a seguir en los posteriores días.