Pasta casera de colores

La pasta casera es un poco laboriosa, pero de vez en cuando merece la pena dedicarle un poco de tiempo y darnos el gusto.

En este caso, uno tallarines de pasta negra, sobre cama de rodajas de tomate rebozadas y fritas, acompañado con un poco de queso, un chorrito de aceite de oliva y sal.

La receta básica por persona para la pasta amarilla seria:

100g de harina
1 huevo
Una pizca de sal
Un chorrito de aceite de oliva
Si queremos prescindir de los huevos, podemos hacer pasta fresca usando agua en su lugar, calculando unos 60 gr. de agua por huevo.

Para la pasta de color, dependiendo de la tonalidad que nos interese conseguir añadiríamos en mayor o menor proporción:

Para la pasta verde, espinacas cocidas.
Para la pasta rosa, tomate.
Para la pasta negra, de tinta de calamar.
También podemos hacer una pasta amarilla y añadirle hierbas aromáticas o especias al gusto del consumidor.

Tamizamos la harina sobre una fuente, formamos un hueco en el centro y en el añadimos el resto de ingredientes.

Mezclamos los ingredientes y amasamos hasta conseguir una masa homogénea (unos 10 minutos).

La masa debe quedarnos algo blanda pero no pegajosa, si es necesario espolvoreamos con un poco más de harina.

Cuando tenemos la masa a punto, le damos forma de bola y espolvoreamos con harina, la envolvemos con plástico y la dejamos reposar a temperatura ambiente unos 30 minutos.

Pasado el tiempo, en una superficie muy limpia espolvoreamos harina y estiramos la masa con un rodillo de cocina, formamos un rectángulo muy fino, tenemos que pensar que al cocer la pasta aumenta de volumen.

Con esta pasta podemos confeccionar:

Lasañas, cortando rectángulos.
Canelones, cortando cuadrados.
Mariposas, cortando rectángulos pequeños y pintándolos en el centro.
Tallarines y espaguetis, se espolvorea la masa ligeramente con harina y se enrolla sobre si misma (sin apretar), y con un cuchillo afilado, cortamos tiras del grosor deseado.

Desenrollamos las tiras y las enharinamos ligeramente para que no se peguen.

Si nos cuesta cortar la masa porque está pegajosa, podemos dejarla secar unos minutos una vez estirada antes de proceder al corte (tampoco demasiado, porque entonces se vuelve quebradiza).

La cocemos en abundante agua hirviendo durante 3-4 minutos y preparamos como más nos guste.

Venden unas maquinas especiales para laminar y cortar la masa.

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