El pollo es una de las carnes que menor cantidad de grasa contiene (siempre y cuando no se coma la piel). Al ser una carne de sabor suave, combina muy bien con todo tipo de alimentos.
Pollo entero, muslos o pechugas
Cebolla
Zanahoria
Tomate
Guisantes (puede ser una latita)
Ajo
Aceite
Vino
Tomillo, sal y pimienta
Pimiento (verde y rojo)
Limpiamos el pollo y lo cortamos trozos.
Salpimentamos los trozos de pollo (podemos pasarlos por harina para que no salte mucho aceite) y los doramos en una sartén con un poco de aceite, sacamos y reservamos.
En la misma sartén, pocharemos el ajo, la cebolla y la zanahoria (cortado todo en daditos), cuando empiezan ablandarse, añadimos el tomate troceado y el tomillo, dejamos cocer hasta que la verdura este blanda.
Agregamos el pollo, el vino, los guisantes y un poco de agua (hasta que cubra un poco el pollo).
Ponemos a fuego fuerte y dejamos hervir hasta que el pollo este bien cocido.
Podemos acompañarlo de un arroz blanco o una ensalada.
Como siempre digo, podéis cambiar las verduras por las que tengáis en casa, se pueden poner champiñones, espárragos trigueros, calabacín, berenjena, alcachofas, judias verdes, apio, etc.…