Vivimos rodeados de todo tipo de contaminación, que produce efectos negativos en nuestra salud y en el medio ambiente:
- Contaminación en forma de gases tóxicos que respiramos
- contaminación en forma de agua con sustancias tóxicas que bebemos
- contaminación en forma de insecticidas, abonos químicos, metales pesados, conservantes y aromas artificiales que comemos
- contaminación acústica
- contaminación lumínica
- etc
De todos esos tipos de contaminación somos más o menos conscientes, y hay quien se preocupa y está luchando por conseguir que bajen sus niveles. Aunque no se está consiguiendo que disminuyan, hay algunas que están aumentando más lentamente (al menos en ciertas localizaciones).
Sin embargo, una forma de contaminación que me preocupa mucho, entre otras cosas porque lejos de tratar de disminuirla se está tratando de aumentar de una forma exageradamente grande, es la contaminación que no se puede ver pero que está ahí, formada por cantidad de señales de radio, televisión (muy potentes pero en poca cantidad), telefonía móvil, wi-fi, etc, etc, y cuyos defensores alegan que “no se ha demostrado que sean dañinas para la salud” (cosa que no es cierta), como si eso fuera una prueba de que no sean dañinas para la salud (el que no se demuestre una cosa, no quiere decir que lo opuesto quede demostrado). Por si fueran pocas las señales que circulan a nuestro alrededor, se anuncia el nuevo estándar de carga inalámbrica de dispositivos: Qi. A este paso, vamos a terminar estando como constantemente metidos a descongelar en un pequeño microondas gigante (el planeta entero casi lo parece ya hoy en día).
Yo estoy totalmente en contra de que se nos someta cada vez a más ondas electromagnéticas, porque creo que son dañinas para mi organismo (no hay más que ver cómo se te calienta y te duele la cabeza después de una larga conversación a través de un teléfono móvil, cosa que no sucede con uno fijo no inalámbrico). Me niego a poner wi-fi en mi casa, pero no puedo evitar que todos mis vecinos lo pongan y me afecte a mi. Esto es como cuando los fumadores nos obligaban a aguantar el pestazo y otras molestias de su tabaco, y no respetaban nuestros derechos alegando que ellos tenían derecho a hacer lo que quisieran aunque nos estuvieran molestando y nos convirtieran en fumadores pasivos.
Vamos a terminar estando como constantemente metidos a descongelar en un pequeño microondas gigante (el mundo entero lo parece ya). El nuevo estándar para carga de pequeños electrodomésticos sin conexión por cables, aumenta más aún la contaminación ambiental por ondas electromagnéticas, al mismo tiempo que da un paso atrás en eficiencia energética.
En realidad, para quien no lo sepa, quiero decir que la tecnología Qi (carga inalámbrica) de la que se está hablando no es muy diferente a la que hemos utilizado hasta ahora. La electricidad llega hasta nuestros enchufes con una diferencia de potencial entre los dos cables de 230voltios (según países), mientras que a nuestros equipos electrónicos llega con una diferencia de potencial mucho más pequeña (puede ser por ejemplo de 5 voltios). Entre medio, se encuentra un dispositivo llamado transformador, formado por dos bobinas sin contacto directo, que lo que hacen es pasarse la una a la otra la electricidad por medio de variaciones en el campo magnético. Eso es exactamente lo mismo que hace esta “novedosa” tecnología, con la única diferencia de que el secundario del transformador (osea, la bobina que recoge la electricidad) se encuentra dentro del aparato consumidor (teléfono, PDA,…). Es posible que otra pequeña diferencia sea que el rendimiento en ésta transmisión de la electricidad no sea tan bueno como en un transformador, principalmente por distancia, aunque también por otros factores constructivos como la incorporación de un núcleo magnético, y su forma para minimizar las pérdidas, etc., y que por ello se tengan que realizar diseños con campos magnéticos más potentes (y que puedan producirnos más trastornos).
La verdadera solución sería obligar por ley a que todos los dispositivos utilicen el mismo tipo de fuente de alimentación, con lo que una sola fuente de alimentación (fuente de poder, como dicen muchos en sudamérica (yo más bien habría dicho fuente de potencia)) nos serviría para alimentar o cargar cualquier pequeño aparato electrónico. Eso evitaría por un lado la acumulación de basura en forma de fuentes de alimentación que dejan de valer cuando se tira su aparato asociado, y por otro lado nos permitiría centrarnos en tener una buena fuente de alimentación, con buen rendimiento, en lugar de tener 50 fuentes de alimentación baratas, y con un rendimiento muy mejorable.
(Al parecer, en la comunidad Europea ya se ha impuesto la adopción de un cargador universal para teléfonos móviles para el año 2011. Los principales fabricantes de teléfonos móviles acordaron utilizar el conector microUSB. Esto facilitará la carga del teléfono en cualquier lugar, y disminuirá la acumulación de basura electrónica. No veo lógico el utilizar un cargador inalámbrico, que seguramente tendrá un rendimiento bastante inferior e incrementará el consumo eléctrico, tendrá un costo bastante superior, e incluso un peso y un tamaño del propio teléfono móvil mayor, para simplemente ahorrarnos el gesto de dos segundos de introducir la clavija en el aparato.)