LAS PRIMERAS VOCES

Dibujo JB

“Es concebible como real otro hábitat que el del poder puesto que hay otros moradores que los siervos. Puesto que para la existencia de una cultura no es necesaria la masividad de su práctica; basta con la coherencia y tenacidad de sus principios”
Norberto Chaves.

Este ha sido hasta ahora mi espacio, el de mis amigos y un puñado de visitantes fieles u ocasionales.
Me desenvuelvo mejor que nunca en la trama de la Galaxia Gutemberg, pero el soporte de la información lo ha cambiado todo. Todo vale en internet y parece que si te demoras o te entretienes en poner tildes te quedas tirado en la cuneta, en el pie de página. Corren tiempos de “lenguaje jibarizado” dice algún crítico; me temo que también de pensamiento.

Lo importante, tengo para mi, no es la tecnología, el juguete. Las redes no tienen por qué ser únicamente el espectáculo de un circo romano, ni el altavoz de los gritones o «vendedores de biblias» un terreno abonado para los jaleadores de la estupidez. Hay todo un ambiente en internet que proyecta -como dice Juan Gelman- la imagen de hombres como “vinos flojitos.”

Pero la palabra es resistencia y subversión en la red social. Pongo las primeras voces en esta extensión de lahuertadelosrobles como si fueran los cimientos de un templo románico, para que dure.

No entiendo los espacios vacíos, por eso llenaré este “moderno cuaderno de rayas” con historias escritas hace tiempo y otras nuevas más industriosas, con fragmentos de vida del  mundo campesino.  Son los trabajos en el tiempo y a distancia suficiente de los estandartes del hormigón y  las prisas

Las entradas, como hilos de la experiencia y la memoria, serán fijadas como en una minuciosa alfombra persa, para que los que visiten esta gaceta tengan una apropiada visión de conjunto casi desde el principio.
Se podrán ver en esta pantalla las tareas del albañil, del paseante, al nuevo destripaterrones. Cuido de mis gallinas. Intento cultivar para comerme lo que crece en el huerto. No es ocio, ni entretenimiento.

El paisaje no me ignora; me ofrece trabajo y reposo. Las comarcas en torno al Macizo Occidental de Gredos -donde desarrollo la mayor parte de mi actividad- son sorprendentes y -aunque las posibilidades de futuro son inciertas- no difieren de cualquier otra región agroambiental  deprimida y despoblada.

Las manos son las que recuerdan, decía un poeta al que le gustaba hacer vino. Ahora mis manos están verdes la mayor parte del tiempo.

La huerta de Los Robles no es un diario, ni unas memorias bucólicas, ni un manifiesto por entregas, ni lascuartillas sectarias de un visionario. Acaso sólo literatura. Mirando a campo abierto me salen historias insignificantes.
Hago, en el silencio burbujeante de la cocina, potajes, mermelada de frambuesas… o visito a los maestros vecinos de la red.
La escritura es sanadora para los locos y no voy a traicionar mi propia verborrea. Hablo de la tierra madura, del gallinero, del monte, del río de Heráclito, de la montaña, de lo que hago con las manos, de los tomates y el azafrán, de las piedras…

Ahora que camino poco escribo y hago alguna fotografía.
Este también  es el blog de mis compinches. Guardará direcciones valiosas de mis vecinos más próximos en intereses y finalidades. Guardará sus imágenes, sus expectativas y conflictos. Aquelllo que concierne a otros milicianos de la causa de la metáfora y la naturaleza.

Un blog, o dicho de otro modo, la escritura y la fotografía me ayudan a administrar mejor la soledad. Me gusta citar y comentar, como se podrá comprobar. El arte no permite en ocasiones mostrar una opinión precisa sobre las cosas, por eso cultivo tomates y pongo piedras unas encima de otras. Me gusta retrucar lo que hacen o escriben los demás. Me gusta la liturgia de la comunicación, sin estruendo, frugal.
Un filósofo inglés incitaba hace ya algunos siglos a realizar bocetos, aunque no se fuera pintor, porque te enseña a agudizar la atención y se aprende a mirar. Más allá del umbral de la dirección de este blog estarán esos bocetos de la naturaleza que me rodea, de mis tribulaciones, pero también los apuntes de las discrepancias y las urticarias que me provocan la sociedad tecnocrática y la impudicia de los poderosos. La puerta de lahuertadelosrobles está siempre abierta.
Llegan sonidos tenues del campo. Llegan ecos confusos de la ciudad, como si nunca la hubiese conocido.

Se puede entrar sin llamar.

Salud.