Los huertos urbanos en Gran Canaria

De la agricultura común y la comunitaria

La isla de las Palmas de Gran Canaria cuenta con más de un siglo de historia en el uso y aprovechamiento de los huertos urbanos. Éstos nacen a finales del siglo XIX bajo el marco de la Segunda Revolución Industrial y sirven principalmente para paliar las carencias económico-alimentarias que en tiempos de crisis se daban entre los trabajadores de las poblaciones urbanas e industriales.

Durante el siglo XX se mantiene el aprovechamiento de este tipo de huertos, la mayoría de ellos sin regularizar, por lo que a finales de los años 90 varios colectivos sociales y vecinales de la isla comienzan a demandar a las administraciones una regularización y adecuación de los mismos.

En la actualidad existen un total de 9 huertos urbanos promovidos por la Unidad Técnica de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. El objetivo de estos huertos es el de potenciar los procesos de participación comunitaria y fomentar la cooperación. A su vez, se fomenta la educación en valores, es decir, desarrollar las relaciones humanas, el sentido de pertenencia a la comunidad, deberes y derechos de la ciudadanía, y la participación ciudadana en la que se promueven las buenas prácticas individuales y ambientales: gestión de residuos, ahorro de agua, agricultura ecológica y recuperación de usos y costumbres tradicionales.

Estos son precisamente los propósitos que perseguimos y queremos desarrollar en los Huertos Urbanos de LAKUAKOLORE. Desde la visión de la cultura de la ecología queremos fomentar la colaboración entre las personas, el trabajo vecinal, «auzolan». Es decir, queremos crear barrio. Queremos crear ciudad.

 

«El huerto más natural: sin trabajar la tierra, con acolchados permanentes»

Así se titula el interesante libro del francés Jean-Marie Lespinasse, agricultor jubilado, autodidacta en agricultura ecológica 

En esta obra el autor ha volcado su experiencia para acercar el cultivo del huerto lo más posible a lo natural, aportando además las fotos y dibujos, realizados con la misma vocación pedagógica con la que habitualmente atiende a grupos de estudiantes y hortelanos.

Éste no es un libro más de huerto. Con su experiencia, el autor nos presenta un método revolucionario de cultivo. Recolecta verduras frescas y sanas casi todo el año sin trabajar ni remover la tierra, al mantener acolchados permanentes imitando al sistema vivo de un bosque.

A partir de una tierra pobre, con baja pluviometría y con una gran economía de medios, ha logrado mantenerla fértil y suelta. Consigue un buen desarrollo de las hortalizas gracias a la diversidad de cultivos y al estímulo de las capacidades naturales de las plantas, más la ayuda de técnicas como el acolchado permanente, el compost y la madera de ramas triturada.

Si deseas más información, puedes ojear este artículo de opinión en el que se explican las vías principales que han servido a Lespinasse para escribir sus experiencias sobre el cultivo ecológico: El Huerto Más Natural. Una revisión de un libro que ya son muchos.