SOCORRO!!! que alguien haga algo!!!

Respecto al mordisco me parece bastante grande, no creo que sea de topos o topillos, porque se deberían notar varias marcas de dientes en vez de una sola, como parece ¿puede ser algún conejo? A ver si a alguien se le ocurre otra cosa.

Respecto a los lixiviados del lombricompost, no creo que puedan ser peligrosos, pero yo los diluiría, por si acaso. Me preocupa más eso de que llevaran varias semanas… eso casi nunca es buena idea, cuando se trata de algo vivo.

Respecto a los porcentajes de cítricos, depende de la marca, cada una tiene concentraciones diferentes. Es decir, lo que la marca aconseje, PERO en vez de añadirlo al agua, lo añades a la decocción de cola de caballo y luego, si es preciso, añades un poco de jabón como mojante.

Y en cuanto a los problemas, creo que te encuentras en esa situación en que te preguntan ¿qué noticia quieres primero, la buena o la mala?

La buena, dudo MUCHO de que tengas algún problema en los frutos del tomate (al menos en los que se ven en la foto). Esa especie de cercos blanquecinos estoy casi seguro de que se deberán al riego que les diste. Al evaporarse el líquido, es normal que quede ese cerco (sobre todo si la evaporación ha sido MUY RÁPIDA.

Pero por teléfono me comentaste que había otros con zonas marrones o negruzcas, eso sería otro cantar.

La mala noticia es que, efectivamente, tienes oidio en los calabacines. Afortunadamente, suele ser fácil de controlar, sobre todo al comienzo. Hace tiempo dejamos aquí la receta, pero ahí va de nuevo:

1 cucharada de café por litro de agua y añadir aprox. 1% de aceite (mejor de girasol o soja)

Para los que quieran saber más, ahí va un artículo al respecto. Hasta pronto.

El tan casero polvo de hornear, que normalmente es una mezcla de bicarbonato de sodio (NaHCO³) y otras sales minerales, junto con el bicarbonato de potasio (KHCO³) se ha usado como fungicida para controlar el oidio y otras fungosis en plantas. Esto no es nada nuevo, ya que Alfred C. Hottes en «A little Book of Climbing Plants», en 1933, ed. A.T. De La Mare Co. De Nueva York, menciona el uso de una (1) onza (28 g) de polvo de hornear por un (1) galón (3.785 litros) de agua para controlar oidio en rosales trepadores. Este autor acredita la idea al fitopatólogo ruso A. de Yaczenski.
En la edición de agosto de 1985 de la revista Organic Gardening, Warren Shultz en «Recipe for Resistance» informa que investigadores de Japón controlaron eficazmente oidio en pepino, berenjena y frutilla. Aconsejan una aspersión semanal de ¼ de onza de polvo de hornear por galón de agua.
Un artículo de junio 1990 de Greenhouse Manager sintetiza los resultados de tres años de pruebas con polvo de hornear en rosas. El investigador Dr. R. Kenneth Horst de la Universidad de Cornell observó eliminación de oidio y mancha negra (Diplocarpon rosae), ambos serios problemas para los rosicultores de Nueva York. Las aplicaciones se hicieron cada 3 a 4 días con una solución acuosa de polvo de hornear y jabón insecticida como surfactante, o sea un compuesto químico que altera las propiedades superficiales de un líquido, ya que permite que la solución se adhiera uniformemente a la cutícula de la epidermis del vegetal.
 El jabón mejoró la efectividad del bicarbonato al conferirle adhesividad y uniformidad de aplicación. Ensayos posteriores demostraron que el jabón insecticida por sí solo no fue responsable para suprimir la enfermedad. El artículo no menciona una concentración específica para control de oidio, pero sí indica que la mancha negra se previno con una solución al 0.5 %.
Investigación mas reciente
 
Algunos trabajos en la Universidad de Cornell han focalizado en el control de fungosis en cucurbitáceas. Una sola aplicación hasta mojado total de 0.5 % en volumen de polvo de hornear + 0.5 % en volumen de un aceite mineral de uso hortícola inhibió completamente a oidio (Erysip0he cichoriacearum) en follaje de calabazas con fuerte infección.
El polvo de hornear sin la aplicación de aceite no fue efectivo y en concentración de 2 % en volumen de agua ocasionó daños en hojas. El tratamiento de polvo de hornear mas aceite tuvo buen control de cercosporiosis en pepino, mancha gris (Alternaria sp.) y roya gomosa del tallo (Mycosphaerella sp.), ambas en melón. Otras enfermedades para las cuales el polvo de hornear es efectivo son antracnosis (Colletotrichum lagenarium) en cucurbitáceas; roya (Puccinia sp.), esclerotinia (Sclerotinia homeocarpa), carbón (Pythium sp.) en céspedes; fitóftora de la papa (Phytophtora infestans); roya del trigo (Puccinia sp.); y diversas enfermedades que afectan maní, banana y alfalfa.
En Israel se ha señalado el éxito del uso de polvo de hornear + aceite para control de oidio en evónimo. En este caso se usó una solución de polvo de hornear al 2 % + 1 % de aceite en volumen. Debe recordarse que esta especie ornamental posee hojas coriáceas.
En Virginia, EEUU, para melón se uso en producción comercial polvo de hornear + aceite en reemplazo de fungicidas sintéticos, incorporando fertilizantes líquidos en la mezcla.
En Alemania se evaluó polvo de hornear para control de oídio en vid (Uncinula necator, Oidium tuckeri) sobre la variedad «Bacchus».Se hicieron tres aplicaciones, comenzando cuando aparecieron los síntomas. Con solución al 1 % no se observó deterioro de la calidad de uvas.
En la edición de febrero 1996 de la revista Growers Talk se señalan investigaciones de la Universidad de Cornell donde se ensayaron diversos bicarbonatos para enfermedades específicas. El equipo del Dr. Horst encontró que el bicarbonato de amonio tenía el efecto mas fuerte en algunas enfermedades, mientras que los bicarbonatos de sodio y de potasio eran mas eficaces en otras. Oidio se controló mejor con bicarbonato de potasio, mientras que el bicarbonato de amonio no es efectivo contra oídio. Se señala que los fungicidas convencionales son mas bien preventivos, los bicarbonatos son curativos ya que eliminan la enfermedad cuando ya está presente, ejemplo en rosas, siempre y cuando la infección no sea severa. Si no se respetan las dosis aconsejadas ocurren quemaduras en follaje. Según los ensayos el bicarbonato de sodio no incrementa los valores de este catión en tejidos vegetales, suelo o agua de escurrimiento. Aunque todavía no se entiende bien el modo de acción de estos fungicidas, el bicarbonato daña la membrana celular de las esporas de oídio. En cualquier caso, los bicarbonatos son fungicidas de contacto y matan el oídio en pocos minutos.
Según la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA en inglés) los bicarbonatos de sodio y de potasio están eximidos de las tolerancias sobre residuos tóxicos. Esto sirvió para facilitar el desarrollo y venta de productos comerciales sobre la base de bicarbonatos para uso hortícola, ya que son inocuos para la seguridad alimentaria.
Investigadores de Connecticut, EEUU, evaluaron aplicaciones de 1 % de polvo de hornear + 1 % de aceite sobre oídio de cucurbitáceas (Erysiphe cichoriacearum) en zapallito alargado de tronco, zapallo y melón Cantaloup. Se hicieron cuatro aplicaciones con supresión definitiva de la enfermedad y menor daño por insectos. Se considera que estos tratamientos son preventivos y no curativos y que se debe estar atento a la sintomatología temprana. Por supuesto que las plantas no deben estar estresadas por falta de nutrientes ni de agua.
Desarrollo comercial
 
Desde 1998 en EEUU están registradas formulaciones de bicarbonato de potasio como ARMICARB 100 y FIRSTSTEP para control de oídio, mildiu, podredumbre gris (Botrytis cinerea) y bacteriosis. En California está registrado KALIGREEN , un fungicida a base de bicarbonato de potasio para control de oídio, y se usa en vid, pepino, tabaco, rosas, frutilla y una amplia gama de otros cultivos. Se recomienda su uso con surfactantes y no debe aplicarse en mezclas ácidas. Dado que el producto contiene un 30 % de potasio, también tiene valor como fertlizante.
Otro bicarbonato de potasio comercial es REMEDY que contiene un aceite surfactante y se usa en ornamentales, nogal, frutales diversos y hortalizas. Controla oídio, mancha negra, bacteriosis, antracnosis, foma, fitóftora, sarna, botritis y diversas otras fungosis, y es un producto preferido por cultivadores de rosas.
Varios carbonatos y bicarbonatos son muy efectivos contra botritis de la vid (Botrytis cinerea), que es la principal enfermedad de poscosecha en uvas. Los carbonatos son mas efectivos que los bicarbonatos en reducir la germinación de esporas de botritis, y que los bicarbonatos de sodio y de amonio son mejores que el bicarbonato de potasio.
Mientras la industria desarrollaba fungicidas sobre la base de bicarbonatos para horticultura comercial y hogareña, aparecieron diversas recomendaciones para usar polvo de hornear doméstico. La concentración debe ser una (1) cucharadita de te, al ras, de polvo de hornear por litro de agua para control de oídio, mancha negra, mancha marrón, y otras fungosis. También se sugiere una aplicación para prevenir hongos de suelo, pero debe evitarse el efecto acumulativo de sodio y la alcalinización del suelo. Esta precaución es mayor en plantas en macetas, ya que están en un sustrato confinado. Con igual concentración a la mencionada previamente, se puede adicionar una cucharadita de te de jabón líquido o jabón insecticida por litro de agua como surfactante. En todos los casos el cultivo debe estar bien hidratado para evitar daños en follaje.