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Archivo mensual: septiembre 2010
Se puede compartir legalmente el acceso a internet en una comunidad de vecinos
La CNT (Comisión del Mercado de la Telecomunicaciones), el día 7 de septiembre de 2010, adoptó el acuerdo por el que se aprueba la resolución que reconoce a las comunidades de propietarios el derecho a contratar un acceso a internet compartido, sin necesidad de darse de alta como operadora, al tratarse de una autoprestación del servicio, que no presta el servicio a terceros, que no se hace responsable del servicio ni ofrece un servicio de atención al cliente, que no tiene ánimo de lucro, y que se sufraga con cargo a cuotas de la comunidad.
Me parece que es una forma de asegurarse un acceso básico a un precio asequible para cualquiera (hoy en día, aún hay mucha gente sin un acceso básico por el alto precio que tiene). Me parece bien que la CNT se pronuncie favorable al uso compartido de la conexión, aunque mejor sería que exigiera a las operadoras un mejor servicio a un precio más razonable.
Le veo como inconveniente a la compartición el hecho de que las conexiones que se ofertan hoy en día son bastante limitadas, y que en caso de que algún vecino sea muy aficionado a las descargas masivas (osea, a bajarse todo lo que pilla aunque luego no le dé el tiempo para verlo) el acceso de los demás vecinos a servicios como el correo o la navegación puede hacerse muy dificultoso. Estoy de acuerdo con la idea de la neutralidad en la red, pero creo que en éste caso el problema no sería de neutralidad en la red, sino de equidad en el reparto del ancho de banda. Creo que sería lo ideal para una red de éste tipo, disponer de algún control en el acceso que contabilizara el volumen de datos de cada vecino, y priorizara a los vecinos que accedan menos. No me parecería correcto limitar el acceso por servicios, sino más bien por volumen de datos (que cada uno haga lo que quiera con su ancho de banda).
Desde luego, no creo que a nivel de comunidades sea un sistema que se implante a gran escala. Me parecería más práctico, para el usuario que hace un acceso básico a internet, el compartir la conexión y la factura con el vecino más cercano (aunque creo que las operadoras suelen incluir en sus contratos una clausula que prohíbe esta práctica).
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No es más que un ordenador sin teclado
Parece lógico pensar que los avances tecnológicos los marcan sobre todo por un lado los investigadores e ingenieros, que deciden cómo hacer las cosas, y por otro los clientes potenciales, que son los que deciden qué compran y qué no. Sin embargo, no menos importante es el poder de la publicidad, y el de las negociaciones entre empresas para manipular el mercado. La publicidad consigue que los usuarios compren algo por motivos que poco tienen que ver con funcionalidad o eficiencia. La publicidad informa de unos productos, y consigue mantener en el anonimato, o en la marginalidad, a otros. Los acuerdos entre empresas consiguen en muchos casos hundir a la competencia, aunque su producto sea mejor en todos los aspectos.
En los últimos años, las transformaciones que han ido sufriendo los dispositivos móviles informáticos se han basado tanto en las preferencias de los consumidores, como en los avances tecnológicos que han permitido el abaratamiento de caros componentes, y la aparición de otros nuevos. Hemos pasado desde los antiguos portátiles que casi había que llevar con un carrito, hasta diminutos dispositivos que nos permiten conectarnos a internet. Sin embargo, aunque para cada persona y para cada aplicación práctica habrá diferentes requerimientos, parece lógico pensar que aquí, como en casi todo, la virtud no estará en los extremos, sino en un buen equilibrio entre ligereza, portabilidad, prestaciones y autonomía. Un intento de dispositivo realmente portátil, como las PDAs, me parecía insuficiente para todo lo que se saliera de su uso como agenda, aunque la incorporación a las PDAs de GPS o cámaras de fotos, las convertían en dispositivos de bastante utilidad para quien necesitaran de ese tipo de utilidades. También pueden resultar las PDAs una buena solución para ejecutar aplicaciones concretas que no necesiten de una gran pantalla para la presentación de información. Sin embargo, como ordenadores flexibles capaces de ejecutar cualquier tipo de aplicaciones, dejaba bastante que desear. Para mi gusto, la expresión «ordenador portátil» comenzó a tener sentido con la aparición de los netbooks, pequeños ordenadores portátiles de bajas prestaciones, pero de gran autonomía. Una versión más moderna de esos mismos ordenadores, a los que se han unido características de las PDA como la pantalla táctil en lugar de teclado, irrumpen con fuerza en el mercado: se trata de las famosas «tablets PC». Personalmente creo que las tablets con teclado (osea, netbooks con pantalla táctil) deberían llegar a ser el dispositivo portátil de uso genérico, mientras no aparezcan otros tipos de periféricos para la interacción entre hombre-máquina que mejoren a los actuales y sean asequibles.
Sé que mucha gente, sobre todo gracias a las campañas de publicidad con que les bombardean, piensan que tablet PC solo hay uno, y que su fabricante es el inventor de la criatura. Me parece evidente que para una gran empresa resulte más sencillo lanzar nuevos productos al mercado, y que resulte más sencillo el hacerse conocer por medio de la publicidad (muchas veces disfrazada de información), que hace que parezca que son ellos los que inventan todo, y los demás los que les copian (cuando supongo que en muchísimas ocasiones será al contrario). No olvidemos que una tablet no es más que un ordenador con pantalla táctil en lugar de teclado.
Me alegra ver que organizaciones más pequeñas también sacan adelante sus proyectos, sobre todo cuando son fruto de la colaboración de diferentes entidades, y cuando lo hacen pensando en sacar un producto asequible y que utiliza software libre para su funcionamiento (software que por cierto no limita qué se puede ejecutar y qué no, dentro de tu propio ordenador, y que está basado en la distribución DEBIAN de GNU/linux). Espero que el proyecto del que hablo comience con buen pié, y tenga mucho éxito: ifreetablet.es
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Cultura libre
Se podría definir sociedad como el conjunto de individuos que comparten una cultura, e interactúan entre sí, colaborando para formar una comunidad.
En un principio, los hombres formarían pequeños grupos porque les podría resultar más fácil el defenderse, cazar, o distribuirse labores para así ser más eficientes en su desempeño.
A lo largo de la historia, las pequeñas comunidades han dado lugar a otras cada vez mayores (pueblos, comarcas, países, asociaciones entre países), hasta llegar a lo que hoy conocemos como globalización (que desde luego no creo que en la realidad tenga demasiado de «sociedad a nivel mundial», aunque nos lo quieran vender así). Un artículo relacionado con este tema sería el que aparece en filosofando.com –> http://filosofando.com/vivir-en-sociedad/
Sin embargo, la idea de cooperación para conseguir ventajas para la comunidad, parece en muchos casos haber dejado paso a la idea de aprovechar a la comunidad para que unos pocos se beneficien.
¿Acaso el comienzo de la decadencia de la sociedad llegó con la propiedad privada? ¿Tal vez más que la propiedad privada el problema sea el reparto injusto y desequilibrado? ¿Como es posible que alguien pueda registrar como exclusivamente suyo algo que ha obtenido gracias al trabajo e investigación de toda la sociedad durante miles de años?
Desde luego creo que hay que premiar adecuadamente a quien con su esfuerzo o imaginación colabore de forma especial con la sociedad, y no solo porque se lo merezca, sino también por incentivar futuros esfuerzos de otras personas.
La tendencia de las últimas generaciones ha sido el llevar el concepto de propiedad privada hasta unos extremos que resultan grotescos. Se autoriza a una persona a patentar una idea que está basada en los conocimientos que la sociedad a acumulado a lo largo de su existencia, y a su uso en exclusiva. No discuto que no se deba buscar la manera de premiar a alguien por su idea, sino más bien la absurdez de dejar únicamente en manos de esa persona la responsabilidad de explotar convenientemente esa idea en beneficio de la sociedad. Si la sociedad protege al autor y premia su obra, ¿no sería lo lógico y justo que la sociedad fuera la beneficiaria de esa obra? La palabra sociedad pierde su sentido cuando es utilizada para proteger y beneficiar solamente a unos pocos de sus miembros. Si alguien quiere que su obra no sea un bien de la sociedad, entonces creo que la sociedad no debería protegerle ni a él ni a su obra.
Se están expoliando los bienes culturales de la sociedad en beneficio de unos pocos. Las ideas y conocimientos acumulados a lo largo de la existencia de la humanidad, utilizados para la obtención de nuevas creaciones, se patentan obteniendo así la exclusividad para unos pocos. A cambio, la sociedad solamente recibe la prohibición de utilizar dicha nueva creación, excepto con el consentimiento del «autor», o incluso la prohibición de que a otra persona se le ocurra la misma idea partiendo de los mismos datos (osea, que hace que la creatividad de toda la sociedad se estanque por proteger la idea de una sola persona).
Por suerte, cada vez hay más gente concienciada con este tema, y salen a la luz nuevos proyectos y nuevas iniciativas de cultura libre. No solo existe el movimiento del software libre, sino que también se han creado licencias libres para documentos escritos, o para creaciones audiovisuales (música, vídeo, fotografía). Por desgracia, esos son unos pocos casos frente a la magnitud que está alcanzando la privatización de la cultura y el conocimiento. En una época en que se presume de apertura, conectividad, y transparencia, se nos da un caramelo para distraernos mientras se esconde el auténtico tesoro.
A continuación, dejo un par de muestras de ejemplo de cortometrajes con licencia libre Creative Commons, que además han sido realizados mediante software libre (con el programa de edición blender):
Elephants dream (2005)
Big Buck Bunny (2007)
(Una gran parte del texto de este artículo ha sido extraída de http://filosofando.com/privatizacion-de-la-cultura/)
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Neutralidad de la red
Euskolinux siempre ha defendido el uso de software libre como medio para disminuir posibles ataques a nuestra intimidad, y para aumentar nuestra libertad al poder adaptar el software a nuestras necesidades.
Últimamente, y cada vez más, se habla de u… Sigue leyendo
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