El queso fresco o de Burgos se elabora con leche de oveja o de vaca pasteurizada, cuajo y sal. Es muy suave y digerible, podemos encontrarlo sin sal y sin grasa. Los quesos frescos tienen proteínas y calcio de fácil asimilación, fósforo, magnesio, vitaminas A, D y del grupo B. Aunque para algunas personas resulta un poco insípido, se le puede acompañar con otros alimentos que aporten sabor, membrillo, frutos secos, frutos rojos, mermeladas, etc.…Una forma diferente de comerlo es caliente, como en esta receta.
Queso fresco
Aceite de oliva
Vinagre
Mostaza
Sésamo tostado
Sal
Escurrimos bien el queso y lo cortamos por la mitad y cada mitad en 3 lonchas no muy gruesas.
En una sartén antiadherente caliente, con una gota de aceite, ponemos las lonchas de queso, cuando comiencen a coger color, damos la vuelta y cocinamos por el otro lado.
Mientras se hace el queso, en un vol, ponemos el aceite, el vinagre, un poquito de mostaza, una pizca de sal y el sésamo (3 partes de aceite por 1 de vinagre) y batimos bien con un tenedor.
Al cocinar el queso, suelta bastante suero, yo lo añado a la vinagreta.
Servimos el queso caliente rociado con la vinagreta.