Las vacaciones de semana santa no tienen porqué significar una pérdida de entrenamientos y forma, muy al contrario, aunque se rompa nuestra rutina de preparación atlética por “exigencias” derivadas de las vacaciones, podremos sin duda mantener un mínimo de forma, aprovechando de paso para mimar nuestro castigado físico.
En esta ocasión he descubierto las bondades que puede proporcionarnos la talasoterapia (tratamientos con agua salada). No os quepa duda de que unos largos baños en agua cálida, salina, y con diversos masajes de chorros y burbujas, pueden dejar toda nuestra musculatura corporal suelta y relajada hasta límites insospechados.
Tras este tratamiento he dejado atrás una incipiente tortícolis, y como prueba de mi mejora en el tono muscular, conseguí el primer podium de la temporada en la siguiente competición.
L@s atletas cañer@s tienen una exagerada tendencia a pensar, que si no están sufriendo de continuo con duros entrenamientos pierden capacidades. Esta filosofía puede llegar a ser altamente negativa y contraproducente, los tiempos de descanso y relax han de ser planificados, respetados, y yo diría que incluso sagrados. En cuanto a lo que nos concierne a l@s veteran@s, no os quepa ninguna duda, es mejor exagerar los descansos que limitarlos al mínimo.
L@s populares a veces perdemos el sentido de la lógica en lo que se refiere a practicar nuestro deporte, no podemos permitir que nuestro “vicio”desemboque en desequilibrios físicos ni tampoco familiares o laborales. Seamos inteligentes, hay tiempo de sobra para sufrir y gozar, todo en su justa medida.
Sumergiros en la prudencia y si os es posible en agua caliente salada ¡Os lo aconsejo! Un saludo.