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Fuerza mental.

Contrariamente a lo que se cree, nuestro deporte es uno de los menos afectados por la fuerza mental, esto se debe a que es un deporte de esfuerzo tan puro, que da poco margen de error en los ritmos rápidos, por lo tanto si nuestra valentía nos lanza a ir demasiado rápido, sin ninguna duda al final de carrera lo pagaremos. El éxito en la carrera a pié viene determinado fundamentalmente, por un entrenamiento fuerte y cuidados físicos adecuados (descanso, estiramientos, alimentación, etc.), no obstante al atleta competitiv@ también le conviene poner atención, en un cierto entrenamiento mental. Llegados a este punto algun@ se preguntará (sabiamente), si la fuerza mental no es muy determinante en la carrera, ¿porqué prestarle atención?, pues sencillamente porque en las competiciones nos encontraremos con atletas, que poseen una fuerza física calcada a la nuestra y una velocidad terminal parecida, ¿adivinas quién ganará?, pues si, el que tenga mayor fortaleza mental.

Fuerza mental, capacidad de sufrimiento, umbral de dolor, llámalo como quieras, todo es lo mismo, y hay dos formas de entrenarlo, pasiva y activamente. El primer entrenamiento mental nos llega sin buscarlo en los entrenamientos, cuanto más nos fortalecemos físicamente mayor será también nuestra fuerza mental. El segundo tipo de entrenamiento mental es específico para ello, y se centra en dos aspectos psicológicos, la relajación y el positivismo. La relajación se refiere a estar muy CONCENTRADO en estar relajado durante el esfuerzo, es sencillo hacerlo un momento, pero cuando el esfuerzo (o sea, el dolor) se alarga en el tiempo, perdemos la concentración y por lo tanto la relajación, es entonces cuando nos tensamos, perdemos el ritmo y adoptamos malas posturas, perdiendo con ello fuerza y preciosos segundos. Nuestra concentración debe fijarse principalmente en respirar adecuadamente (si jadeamos excesivamente hemos de refrenarnos), y en ejecutar con todo el cuerpo movimientos fluidos y relajados a pesar del dolor. Con esto conseguiremos un ahorro de energía que se traducirá en algún segundo, suficiente para ganar al que tiene vuestra misma fuerza, e incluso al pesimista que es más rápido que nosotr@s.

El objetivo es mantener esta concentración en carrera el mayor tiempo posible, no os preocupéis por no poder mantenerla durante toda la carrera, ni siquiera los profesionales lo consiguen excepto en carreras cortas de velocidad. Si practicáis esta concentración en los entrenamientos, conseguiréis alargar su duración en las carreras.

En cuanto a lo de ser positivo, es mucho más fácil de conseguir, basta con estar atento a no perder el optimismo. Desde luego no es cuestión de obviar, por ejemplo, nuestra poca preparación, pero es evidente para cualquiera, que si nos plantamos pesimistas en la línea de salida, efectuaremos una carrera por debajo de nuestras posibilidades, sean estas las que sean.

Corred y seréis felices, sed felices y correréis más rápido. Un saludo.

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