Ahora que ya están claras las bases del entrenamiento, habría que dejar claro qué motivos nos animan y dan una razón para competir.
Esta claro que hacer cualquier tipo de deporte es sano y viene bien para mantener el peso y tener relaciones con otras personas, pero entrar en competición es dar un paso más que esconde razones propias. Estas razones no son sólo los trofeos y premios que están al alcance de unos pocos privilegiados, los que no tienen una genética agradecida y por lo tanto difícilmente van a poder pisar el podium, también tienen multitud de metas propias y logros que conseguir. El primero sería algo tan sencillo y tan grande como terminar la carrera, si acudís a ver un maratón multitudinario, no dejareis de ver a muchos atletas de los últimos en llegar a meta llorando de alegría y más felices que el ganador. Tenéis que tener en cuenta que hay a personas que este logro les ha costado años de esfuerzo.
Otros objetivos podrían ser, desde batir su plusmarca personal de categoría en veterano, (cambia cada cinco años), hasta mejorar en puestos, pasando por no llegar el último, y una de las que más se dan, ganar a ese cabroncete que me pasa todos los años justo en la línea de meta. En fin y si eres competitivo y te picas con facilidad te sobran todos los motivos. Que ustedes compitan bien.