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Paciencia (virtud). Vagancia (pecado).

Un atleta, y más aun si es veteran@, ha de cultivar paciencia en cantidades industriales. No solo nos afecta el típico problema de un atleta joven, como es hacer muchos días de entrenamiento para que salgan buenas competiciones, sino que además tenemos que lidiar continuamente con problemas de salud que con la edad lógicamente se duplican.

Yo desde luego este año voy bien servido, a pesar de hacer un entrenamiento correcto y sin abusos, primero tuve la mala suerte de sufrir un esguince por una mala pisada, y después de una recuperación perfecta este fin de semana me tocaba ya competir. Pero ¡Sorpresa! El domingo al levantarme me despierto con la cara roja e hinchada ¡Como el culo de un mandril! A urgencias a toda pastilla, diagnóstico alergia cutánea a saber de que, tratamiento con urbason (corticoides) intravenoso. Por fortuna la recuperación fue casi instantánea, eso si, en un control antidoping daría positivo a tope, pero evidentemente lo primero es la salud.

Ahora me toca otra temporadita de reposo, y continúo el año sin estrenarme. Comprendo muy bien a l@s atletas veteran@s, que abandonan las carreras tras largas temporadas en el dique seco por unas cosas u otras, entiendo y respeto esta decisión, pero rogaría a las personas de cierta edad, que aunque abandonen la competición no dejen de hacer deporte suavemente. Son ideales largos paseos a paso ligero, seguidos de un ratito de gimnasia y estiramientos antes de la ducha.

Ciertamente puede resultar deprimente competir con achaques continuos, pero si tomáis la opción de no practicar deporte en absoluto, el resultado a la larga serán muchos más problemas de salud en forma de colesterol, azúcar, osteoporosis, etc. Sed comedidos, no es ningún pecado dejar las competiciones, pero sí se puede catalogar de PECADO el abandono de nuestro cuerpo a una inactividad exagerada. Permitir de esta manera nuestro deterioro físico, es obligar a nuestros familiares a cuidarnos cuando enfermemos, una obligación para ellos tan digna como dura y estresante. También habría que señalar, que con un mal estado físico no podremos ayudar cuando nos necesitan.

Ejercitaros dentro de vuestras posibilidades, y seréis mejores tanto en cuerpo como en alma. Un saludo.

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