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Competir en subidas.

Este fin de semana tocó lidiar en la terrible subida a la Higa de Monreal (Navarra), una brutal escalada de 8 kilómetros con descarnadas, durísimas y eternas pendientes (si hubiéramos subido un kilómetro más le habríamos visto las barbas al mismísimo Dios). Cada vez se extiende más este tipo de pruebas buscando desniveles inhumanos, en ellas corredores que no destacan ostensiblemente en las carreras pedestres clásicas, llegan a sentirse como pez en el agua e incluso triunfar. La razón es que tanto el sistema muscular como el cardiovascular funcionan de forma totalmente diferente.

Para empezar los músculos isquiotibiales dejan de ser los principales protagonistas en estas pendientes, pasando a ser los cuadriceps (músculos delanteros del muslo) los que cargarán con la mayor parte del trabajo. A quien le gusten estas carreras le vendrán de maravilla ejercicios como las sentadillas, y aparte de practicar las cuestas en los entrenamientos, les será muy útil el ciclismo, inmejorable deporte para fortalecer los cuadriceps.

En cuanto a l@s veteran@s estas carreras tienen para nosotros sus pros y sus contras. Por una parte el simple hecho de llegar a la cima puede ser un reto atractivo por sí mismo, si lo conseguimos las carreras en llano nos parecerán más fáciles. Nuestro sistema respiratorio en una inevitable decadencia por la edad, puede ganar enteros si entrenamos y competimos en cuestas, ya que se le exige sobremanera en este terreno. Es precisamente la mejor condición del sistema respiratorio en los jóvenes, lo que les propicia copar los mejores puestos en estas carreras, por ello no hemos de sentirnos derrotados si jóvenes atletas que nunca nos ganan en el llano, consiguen doblegarnos en este tipo de pruebas en subida.

Suele ocurrir que tras estas competiciones tengamos que bajar a pie el puerto en cuestión ¡Tened muchísimo cuidado! Estas bajadas si se hacen muy rápido sobre todo en asfalto, pueden destrozarnos seriamente la musculatura. Correr fuerte en bajadas ejerce sobre las piernas la misma presión que si el peso de nuestro cuerpo se hubiera multiplicado ¡¡por tres!! Los jóvenes tal vez puedan soportarlo pero a l@s madurit@s más nos vale ser prudentes, o acabaremos pagándolo sin ningún género de dudas. Lo ideal es bajar relajados y andando a tramos, mientras aprovechamos para comentar la batalla con nuestros adversarios, ahora compañeros y amigos.

Recordad que incluso en las carreras más duras debemos encontrar un punto de diversión, de lo contrario no merece la pena el esfuerzo. Un saludo.

Pues allí está espero

Aquello que tanto quiero

Yo escalo muy ufano

La cima de SER humano.

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