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Compertición corta, dosificación.

Con el verano llegan las competiciones en pista al aire libre, pero no solo los galgos especialistas en el tartán pueden poner a prueba su velocidad, también los ruteros podemos encontrarnos ahora preciosas carreras en cortas subidas a ermitas, millas urbanas, etc.

Por mi parte este domingo me decidí a correr una de las carreras cortas (800 metros), más bonitas y famosas de la península, la carrera del Encierro de Pamplona. Esta carrera se celebra el domingo anterior a los San Fermines, y a pesar de que no había toros sueltos, más de 500 cabestros participamos en las diferentes carreras disputadas por categorías (nin@s, chicas, chicos, veteran@s, etc.) La prueba se ha convertido ya en un clásico y su éxito está ya totalmente asegurado, tanto por participación como por la ingente cantidad de público.

Estas carreras a pesar de ser tan cortas, exigen una estrategia que es fundamental para conseguir nuestros mejores tiempos y puestos acordes a nuestras posibilidades. La clave está en el primer tercio de la carrera, si salimos demasiado lentos la carrera habrá terminado antes de poder alcanzar la cabeza o gastar toda nuestra fuerza, pero si salimos excesivamente rápidos el ácido láctico inundará nuestra musculatura, esto agarrotará y acortará nuestra zancada con lo que terminaremos la carrera, como se dice en el argot atlético, haciendo pasitos.

A no ser que seamos especialistas en pista es difícil acertar con la velocidad inicial en estas carreras tan cortas. Ni siquiera yo con toda mi experiencia y estudios en el tema acierto siempre con el ritmo, pero como en esta carrera del Encierro me salió perfecto haré un pequeño resumen para que l@s no experimentados os hagáis una idea de las sensaciones adecuadas que hay que tener. Un primer reconocimiento del circuito ya me dejó claro que había que salir conservador, de salida la cuesta de Santo Domingo que alcanza un 10% de desnivel te deja K.O. si no te lo tomas con calma, y más aun con el fuerte calor y humedad reinantes en este caso (importantes aceleradores de pulsaciones). Había que tener también en cuenta que todo el resto del recorrido es en ligero ascenso, con una media de 2,5% de desnivel, por lo que los posibles tramos de recuperación brillan por su ausencia.

Comencé con una salida inevitablemente rápida, más de lo que me hubiera gustado, pero el peligro de quedarme encerrado y retrasado (muchos corredores y poco espacio) no me dejó otra opción. A mitad de cuesta (250 m. toda ella) estuvo la clave, algunos miuras con las fuerzas aún intactas, se lanzaros demasiado rápidos sacándome muchos metros de ventaja, pero yo conseguí mantener la sangre fría manteniendo un ritmo duro pero con reservas, y aunque en la curva de Mercaderes no estaba ni entre los siete primeros, en la calle Estafeta mis anteriores reservas me permitieron mantener un ritmo muy duro, e ir cazando de uno en uno a mis atrevidos adversarios. Me quedó incluso resuello para efectuar un largo esprint final al término de la Estafeta, con tan buen cálculo que alcancé y rebasé al corredor de cabeza en la misma bajada a la plaza de toros.

No me cabe duda de que al menos el 2º clasificado era físicamente más fuerte que yo, pero una vez más la inteligencia sale vencedora, os animo por ello a aprender estrategia y estudiar la dosificación de vuestras fuerzas, así como el entrenamiento y los cuidados físicos adecuados. Un saludo.

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