Pincha para ver cómo colaborar con ReDiles: publicidad útil o donaciones

Damas, el poder de la vida.

Este fin de semana se celebraba una nueva edición de la carrera de la mujer en Vitoria-Gasteiz. Por desgracia el tiempo continuó tan desapacible como en días anteriores, lo que me condujo a temer que este año, a pesar de agotarse las 4000 inscripciones disponibles, muchas corredoras optarían finalmente por no acudir a la lluviosa cita, pero una vez más, las chicas me sorprendieron con su tesón y valentía cuando el reto merece la pena.

Este año por culpa de la climatología, efectivamente no se apreciaba como en otras ediciones esa alegría en el ambiente, ese espíritu de regocijo difundiéndose por el aire cual polen, todo quedaba empañado y empapado por las oscuras nubes que no cesaban de llorar. Pero todo esto no fue para mal, pues cualquiera que vio la carrera pudo descubrir nuevos y sorprendentes valores en el valiente colectivo femenino. La alegría quedaba un tanto difuminada, sí, pero a poco que te fijaras en sus caras veías la DETERMINACIÓN ¡con mayúsculas! Nada ni nadie iba a pararlas, compañeras suyas necesitan el apoyo contra el cáncer y por supuesto que no serían ellas las que fallaran. Una vez más tengo que inclinar la cabeza humillado, ante el enorme espíritu de bondad colectivo que sólo ellas son capaces de crear.

En ocasiones me aflige que personas de mente dispersa, mutilen la belleza de este deporte con ambición y excesiva competitividad recurriendo incluso al doping, he llegado al extremo de plantearme si merecía la pena continuar compitiendo. Entonces llegan ellas y dan una magistral lección de lo generoso y maravillosamente vital que puede llegar a ser este deporte, ¿Podremos algún día pagarles el valor de su ejemplo? Lo dudo seriamente.

Alguna persona sin duda muy sabia, dijo que nadie puede quejarse de que no la quieran, pues existen infinidad de seres que aún sin conocernos nos aman. Tras la experiencia del domingo puedo dar fe de dicha certeza, pues vi a miles de mujeres esforzándose en penosas condiciones meteorológicas, por compañeras desconocidas, sin nombre ni rostro, pero nunca abandonadas ni olvidadas.

Tampoco yo conozco ni a una ínfima parte de las damas que acudieron a la carrera, pero os aseguro que admiro a todas y cada una de ellas por su entrega y bondad. Me despido por lo tanto deseando todo lo mejor a estas colosales corredoras, un fuerte abrazo chicas.

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

2 Responses to Damas, el poder de la vida.

  1. Pingback: Marian Arciniega Cortés

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

  • Quién está en línea

    En este momento no hay usuarios online
Ir a la barra de herramientas