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Arroz Basmati con mollejas de pollo y tomates Cherry

El arroz es un alimento rico en hidratos de carbono y que apenas tiene grasa, la variedad basmiti se caracterizada por tener el grano largo y por sus delicadas fragancias y su exquisito sabor.

Arroz Basmati
Mollejas de pollo
Tomates Cherry
Cebolla
Ajo
Pimiento
Zanahoria
Aceitunas negras
Agua
Aceite
Pimienta
Sal

Lavamos y limpiamos las mollejas de pollo,  las troceamos.

En una sartén con un poco de aceite doramos las mollejas troceadas.

Mientras se cocinan las mollejas, cortamos la cebolla, el pimiento, el ajo y la zanahoria, añadimos a las mollejas, y seguimos rehogando hasta que la verdura esté tierna.

Añadimos el arroz, dejamos que el arroz se dore un poco y añadimos los tomates y las aceitunas picadas.

Incorporamos el agua (el doble de agua que de arroz), salpimentamos, removemos y cuando empieza a hervir, bajamos el fuego y dejamos cocer a fuego suave, unos 20 minutos (hasta que el arroz esté tierno).

Servimos bien caliente.

Rosquillas fritas

Las rosquillas como todos los dulces, tienen un alto valor calórico y deben consumirse con moderación.

1 huevo
250 g de harina
25 ml de aceite de girasol
25 ml de agua
30 g de azúcar
Anís en esencia
5 g de levadura
100 g de azúcar glas
Aceite (para freír)

En una fuente honda batimos el huevo, añadimos el aceite de girasol, el agua, el anís y mezclamos bien. Añadimos el azúcar y la levadura, y volvemos a mezclar.

Poco a poco vamos agregando la harina hasta conseguir una masa fina y dura (hasta que la masa se suelte de las paredes). Dejamos reposar 15 minutos.

Hacemos unas bolitas (del tamaño de una nuez) que iremos estirando, formando macarrones y cerrándolas en redondo para darles forma de rosquillas.

En una sartén, calentamos el aceite y freímos las rosquillas de pocas en pocas, primero con el aceite no muy caliente pero cuando se inflen, subimos un poco el fuego.

Sacamos y dejamos que escurran el aceite en una fuente con papel absorbente o de cocina. Servimos en una fuente espolvoreadas con azúcar glas.

También podemos espolvorear con azúcar glas mezclada con canela en polvo. Para aromatizar las rosquillas podemos calentar con el aceite una cáscara de limón que sacaremos cuando el limón se haya tostado.

Mejillones con vinagreta

Los mejillones son ricos en proteínas, con apenas grasa y muchas vitaminas y minerales, los mejillones se convierten en un alimento a tener en cuenta en todo tipo de dietas. Esta receta de mejillones al vapor resulta deliciosa y ligera, y le da el contrapunto original a los menús de las dietas bajas en calorías.

Mejillones
Cebolla
Pimiento
Ajo
Aceite
Vinagre
Sal

Lavamos bien los mejillones y los ponemos en una olla tapada, sin agua, a fuego medio, hasta que se abran todos.

Mientras los mejillones se abren, hacemos una vinagreta (3 partes de aceite, 1 de vinagre y un poco de sal), mezclamos bien.

Picamos la cebolla, el ajo y el pimiento (puede ser rojo, verde o ambos), y añadimos a la vinagreta.

Cuando los mejillones estén abiertos, retiramos las conchas vacías y colocamos los mejillones (con su concha) en una fuente.

Regamos con la vinagreta y listos para comer.

Se sirven fríos o a temperatura ambiente.

Podemos añadir también algunas aceitunas picadas.

Pasta en olla express

¿Y que hay mejor que la olla express para la cocina rápida?

Pues aquí va una receta, puede resultar extraña, pero queda bien.

225gr. de pasta (En este caso son unas trompetillas de setas, pero se puede usar cualquier pasta)
Cebolla
Pimiento
Zanahoria
Jamón o chorizo
400 gr. de tomate triturado
Sal
Agua

Calentamos la olla en vacía, cuando este caliente, echamos el aceite, la cebolla, el pimiento, la zanahoria y el jamón, todo cortado en daditos,  sofreímos un poco.

Cuando empiece a dorarse, añadimos el tomate triturado y la misma cantidad de agua.

Cuando empiece a hervir, echamos la pasta, damos vuelta, sazonamos.

Ponemos el fuego al máximo, cuando suba la válvula, dejamos 3 minutos,  retiramos del fuego, enfriamos y abrimos.

Cuando sirvamos, podemos añadir un poco de queso rallado y unas aceitunas picadas.

Cordero asado

El cordero tiene una carne muy grasa, por lo que cocinarlo asado es una buena opción  ya que no necesitamos añadir casi nada de grasa para su cocinado. Es fuente de proteínas y vitaminas del grupo B. y aporta hierro, zinc y fósforo, si lo acompañamos de una ensalada, podemos hacer un plato único.

Cordero
Ajo
Aceite
Vino blanco
Sal

Picamos en el mortero los ajos con un poco de sal y un chorrito de vino blanco.

Untamos el cordero con la pasta que nos sale.

Precalentamos el horno a unos 180ª.

Untamos una bandeja de horno con aceite, colocamos el cordero troceado encima (podemos ponerlo en cuartos o medios pero tarda mas en asarse).

Introducimos en el horno, y cuando empiece a dorarse regamos con un poco de vino blanco.

Damos vuelta de vez en cuando para que se dore por ambos lados por igual.

Cuando este bien dorado y crujiente esta listo.

Servimos caliente acompañándolo de una ensalada.

Crema de calabaza

Esta receta es muy  sencilla y rápida, como el ingrediente principal es la calabaza,  resulta una crema suave y de bajo valor calórico ya que la calabaza está compuesta básicamente por agua.
La calabaza contiene fibra, beta-caroteno, vitamina C,  potasio, magnesio y zinc.

Calabaza
Cebolla
Puerro
Zanahoria
Ajo
Patata
Aceite
Agua
Sal
Pimienta

En una sartén con un poco de aceite, ponemos a pochar la cebolla, el puerro, la zanahoria y el ajo, todo troceado.

Cuando la verdura empiece a dorar, añadimos la calabaza y las patatas (troceadas también),  añadimos sal y dejamos rehogar un poco con las verduras.

Cubrimos con  agua, salpimentamos y dejamos que hierva hasta que la calabaza esté blanda.

Trituramos y servimos con un chorrito de aceite de oliva y un poco de pimienta molida.

Podemos decorar con semillas de sésamo, con unas aceitunas troceadas, unos piñones tostados, etc.…

Algunas personas añaden quesitos o nata, pero esto aporta a la crema más calorías.

Las verduras que acompañan a la calabaza se pueden sustituir por otras, calabacín, tomate, brócoli, lo que nos guste, o sino, podemos hacerla solo con calabaza.

Queso fresco a la plancha con vinagreta de mostaza y sésamo

El queso fresco o de Burgos se elabora con leche de oveja o de vaca pasteurizada, cuajo y sal. Es muy suave y digerible, podemos encontrarlo sin sal y sin grasa. Los quesos frescos tienen proteínas y calcio de fácil asimilación, fósforo, magnesio, vitaminas A, D y del grupo B. Aunque para algunas personas resulta un poco insípido, se le puede acompañar con otros alimentos que aporten sabor, membrillo, frutos secos, frutos rojos, mermeladas, etc.…Una forma diferente de comerlo es caliente, como en esta receta.

Queso fresco
Aceite de oliva
Vinagre
Mostaza
Sésamo tostado
Sal

Escurrimos bien el queso y lo cortamos por la mitad y cada mitad en 3 lonchas no muy gruesas.

En una sartén antiadherente caliente, con una gota de aceite, ponemos las lonchas de queso, cuando comiencen a coger color, damos la vuelta y cocinamos por el otro lado.

Mientras se hace el queso, en un vol, ponemos el aceite, el vinagre, un poquito de mostaza, una pizca de sal y el sésamo (3 partes de aceite por 1 de vinagre) y batimos bien con un tenedor.

Al cocinar el queso, suelta bastante suero, yo lo añado a la vinagreta.

Servimos el queso caliente rociado con la vinagreta.

Tiras de pota guisadas

La pota es un molusco cefalópodo similar al calamar, su carne tiene un sabor algo más fuerte y es un poco más barato.

Tiras de pota
Cebollas
Pimiento
Ajo
Zanahoria
Aceite de oliva
Sal
Pimienta

En una sartén con un poco de aceite, ponemos a pochar la cebolla, el pimiento, la zanahoria y el ajo, todo bien cortado.

Mientras se dora la verdura, cortamos las tiras de pota en dados.

Cuando la verdura comience a estar dorada, añadimos la pota.

Removemos y dejamos cocinar tapado a fuego suave, hasta que la pota coja color, este blanda y la salsa un poco espesa (la pota suelta bastante líquido, por lo que no es necesario añadir agua).

Salpimentamos, damos otro hervor y servimos caliente.

Para cambiar un poco la receta, solo tenemos que añadir una salsa de tomate o algún fruto seco, piñones, nueces, almendras etc.….

Podemos utilizar cualquier cefalópodo, sepia, calamar, pulpo etc.…

Cardo con jamón

El cardo es una verdura de sabor ligeramente amargo. Es buena fuente de vitaminas, minerales, fibra y sustancias antioxidantes, tiene gran contenido de agua, lo que  hace que sea poco calórico.

Como no es fácil encontrar cardo fresco en las tiendas, podemos utilizar cardo en conserva, además nos ahorramos el limpiarlo y cocerlo, también podemos encontrarlo congelado, pero si conseguís cardo crudo, merece la pena probarlo, aunque nos de un poco mas de trabajo, el sabor es incomparable.

Cardo
Jamón serrano
Ajo
Harina
Aceite de oliva
Sal

Limpiamos muy bien el cardo en agua, si fuese necesario lo pelamos.

Cortamos en trozos regulares de unos 2 cm. de grosor aproximadamente.

Cocemos el cardo en agua hirviendo con sal (algunos ponen limón para que no se oscurezca, pero le cambia un poco el sabor).

Una vez tierno, escurrimos el cardo y reservamos el caldo.

En una sartén con aceite caliente, sofreímos los dientes de ajos picados y unos taquitos de jamón, antes de cojan color, añadimos una cucharada de harina y la doramos un poco.

Vamos agregando el caldo poco a poco  sin parar de remover, hasta conseguir una especie de bechamel un poco liquida (velouté).

Cuando tengamos el punto de la salsa, añadimos el cardo que teníamos reservado.

Damos un hervor al conjunto, ponemos a punto de sal y servimos al instante.

Si queremos, podemos espolvorear con un poco de perejil picado.

Magdalenas de yogur

Las magdalenas son un postre muy fácil de hacer, se pueden comer para desayunar o para merendar, aunque tenemos que consumirlas con moderación por su alto valor calórico

3 huevos
2 yogures naturales
100 ml de aceite de oliva
125 g de azúcar
250 g de harina
15 g de levadura
1 limón
Canela molida

Ponemos los huevos en una fuente o ensaladera grande y honda, echamos los yogures y mezclamos, con unas varillas, si no tenemos varillas, utilizamos  una cuchara.

Añadimos el azúcar, la ralladura del limón (bien lavado previamente) y el aceite, seguimos mezclando.

Por último, ponemos la harina, la levadura, la canela y mezclamos con una cuchara (la varilla se engancha con la harina).

Removemos hasta conseguir una pasta fina y esponjosa, no muy espesa.

Rellenamos cada molde hasta la mitad (si hacemos magdalenas de vez en cuando podemos utilizar moldes de papel desechables, pero si solemos hacer a menudo, es mejor comprar unos de silicona, mas caros pero que nos sirven para muchos años), espolvoreamos por encima un poco de azúcar e introducimos en el horno.

Introducimos en el horno precalentado a 180º unos 20 minutos más o menos. Hasta que las magdalenas hayan subido y se coloreen por encima

Comemos una vez que se hayan enfriado.

Podemos cambiar la canela por anís, vainilla o chocolate.