El número de competiciones anuales depende de la longitud de estas, contra más cortas son las carreras más podremos correr, pero incluso cuando se participa en competiciones tan cortas como las milla (1,6 km.), l@s veteran@s no deberíamos competir en más de dos al mes. L@s maratonian@s por su parte, tendrían que conformarse si consiguen completar dos veces al año los temibles 42 km., y amenizar el resto del año con algunas carreras de menor kilometraje.
Lo ideal sería tener una competición-objetivo al mes (me remito al artículo «competición, objetivo con 2ª oportunidad»), así obtendríamos los beneficios de tener tiempo para prepararla, sin hastiarnos de entrenar para objetivos demasiado lejanos. Esta estrategia nos da un mínimo de doce carreras anuales, que son suficientes batallas sobre todo para veteran@s.
A los que nos gusta competir más
a menudo, podemos hacer una segunda carrera al mes sin forzarnos en ella a tope, pasando esta a ser parte del entrenamiento. Con años de experiencia se consigue encajar carreras en nuestra preparación, sin que resulten ser un freno para progresar en calidad. De cualquier manera no es aconsejable competir más de 25 veces al año, sobre todo si se corre al límite de nuestras posibilidades.
Hay quien se encuentra cómodo compitiendo sólo cinco o seis veces al año e incluso menos, esto no tiene nada de malo, por supuesto cada un@ decidirá como y cuando prefiere competir, los problemas sólo nos llegarán cuando compitamos en exceso.
A l@s atletas en ciertos momentos de su vida, incluso les viene bien tomarse un año sabático en cuanto a competir, esto se puede deber tanto a un cansancio físico o psicológico, como a vicisitudes de la vida. Yo por ejemplo estuve casi un año sin competir, pues invertí gran parte de mi tiempo libre para preparar a un deportista de élite, fue un reto grato y divertido para mí, por lo que no me penó en absoluto perderme una temporada de competición. Por supuesto no dejé de hacer un mínimo de ejercicio, con lo que pude volver a competir a gran nivel rápido y sin problemas.
Así que ya sabéis, no hagáis un calendario demasiado cargado de competiciones, pues el resultado será el aburrimiento o lo que es peor, las lesiones. Un saludo.
En vapores de asfalto
libero cálido sudor
llegando a lo más alto
lega rédito el dolor.

artículo hay que ser prudentes, a pesar de los grandes beneficios de este ejercicio, si no somos nadadores habituales y osamos empezar demasiado fuerte, podemos sufrir lesiones en forma de tirones y tendinitis. Poned especial cuidado en el impulso con las piernas, si pateáis muy bruscamente podéis lesionaros los isquiotibiales, y en el estilo braza los abductores. Este problema puede evitarse en gran medida usando aletas, ahora venden unas pequeñitas que van genial.
muchas ocasiones, l@s veteran@s somos un grupo especial, y para nosotr@s es sin ninguna duda entrenar mejor por la TARDE, por supuesto si nuestro horario nos lo permite. La razón es que a nuestra musculatura y articulaciones, les cuesta más entrar en calor y agilizarse que cuando éramos jóvenes. Por ello a la tarde nos encontraremos más sueltos y agiles, las sensaciones serán mejores y los resultados también.
y la alegría de un niño, cosecharemos todos los beneficios del ejercicio, salud, buen dormir, mejor apetito, buen humor, etc., y no volveremos a decir barbaridades como “no salimos nunca de paseo porque estoy muy cansado, mi mujer está harta”, o “sigo entrenando aunque tengo una dolorosa tendinitis”, o “he adelgazado un kilo tras una durísima dieta”, o “si no es para ganar prefiero no competir”.
parte de l@s atletas, les será del todo imposible alcanzar las marcas citadas, pues no están dotad@s de la genetica adecuada, o simplemente no tienen la motivación o capacidad de sufrimiento necesarios. A otros no se lo permitirán sus obligaciones familiares o laborales, hay que tener en cuenta que estas marcas exigirán bastante tiempo, no solo para entrenar, sino también para descansar (8 horas de sueño como mínimo).

